El autor de este informe se presenta como el agricultor de Doña Paula Argentina. De hecho, es el orgulloso ingeniero agrónomo en jefe de las fincas de esta bodega de capitales chilenos con profunda raigambre en Mendoza. Experto en la estrecha relación entre el vino y el terruño que lo gesta, es el autor de la sección «Terroir in focus» del sitio web de Doña Paula, donde incluye notas técnicas y de cultura vitivinícola cuya lectura recomendamos.
Consultados los viticultores y enólogos al finalizar cada temporada, solemos dar nuestras impresiones sobre las características distintivas del devenir climático de ese período. Sin embargo, frecuentemente lo hacemos en base a observaciones subjetivas de la realidad. Así, un corto período de mucho calor en enero o una semana muy lluviosa cerca de la cosecha pueden dejar la impresión de que la temporada ha sido inusualmente calurosa o húmeda cuando quizás en promedio no lo fueron. Lo cierto es que la fisiología de la vid, y por ende la marcha de la madurez de las uvas, responde a una sumatoria de fenómenos climáticos que comienzan temprano en la primavera (en ocasiones aún antes de la brotación) y termina al momento de la cosecha, más que a fenómenos puntuales.
En este reporte haremos una comparación de la temperatura y las lluvias de cada temporada de los últimos 31 años para la región de Luján de Cuyo, dejando de lado las subjetividades y poniendo blanco sobre negro. Aprovechando la ocasión haremos un breve comentario sobre la posible existencia en el período estudiado de un efecto del calentamiento de nuestro clima.
Metodología
Tomamos la información de dos fuentes: la estación meteorológica de la Facultad de Ciencias Agrarias, ubicada en Drummond (933 msnm) y la estación que Doña Paula posee en la finca El Alto, Ugarteche (969 msnm), ubicadas al Norte y al Sur respectivamente, en el departamento de Luján de Cuyo, Mendoza.
Tomamos una base de datos de 31 años, desde el año 1988 al 2019, lo que representa un período lo suficientemente extenso como para caracterizar lo que en climatología se denomina como normales climatológicas, es decir el promedio para cada medición registrados en un período de 31 años.
Trabajamos con las temperaturas promedio de la temporada (1 de octubre a 30 de abril) y con las lluvias acumuladas en los meses en que se produce la madurez de las uvas. Se ha decidido descartar las lluvias caídas en primavera en este estudio, por su menor incidencia en la calidad final de la uva. Las lluvias ocurridas en el verano y comienzo de otoño (enero a abril) son las que finalmente tendrán mayor incidencia sobre la sanidad de las uvas, y en consecuencia también en los vinos resultantes.
Los resultados expuestos nos hablan de las principales características de la temporada en forma general y debemos aclarar que para el análisis incurriremos en una simplificación de la información con el objeto de disminuir la cantidad de variables bajo estudio y el largo resultante de este informe.
Las temperaturas para Luján de Cuyo
Como puede verse en el gráfico 1, las temporadas presentan variaciones en las temperaturas bastantes significativas, que en el período estudiado fueron desde los 18,2 °C hasta los 21,1°C. Estos 3 grados para nuestro cuerpo puede no ser una diferencia muy significativa, pero para la planta representa un salto gigante, de tal forma que Luján de Cuyo que es típicamente categoría IV en la escala de Winkler*, puede tener la sumatoria de temperatura de un Winkler III en años fríos hasta un Winkler V en años calientes. Los colores de los puntos en dicho gráfico muestran si en colores si el año fue frío (azul), fresco (celeste), normal (gris), cálido (rosa) o caliente (rojo).
A pesar de variabilidad que presentan las temporadas, sí parece haber un fenómeno de aumento de las temperaturas (ver la tendencia, línea punteada) de 0,5°C en el período de los 30 años estudiados. De acuerdo a resultados de estudios hechos por Terroir in Focus http://donapaula.com/wp-content/uploads/Premium-Tasting-ES.pdf estas variaciones de temperatura pueden influir sobre el perfil aromático de los vinos.
Las precipitaciones para Luján de Cuyo
La mayoría de las regiones vitícolas más conocidas a nivel mundial presentan régimen de precipitaciones del tipo Mediterráneo, en los cuales la mayor parte de las lluvias se producen en invierno y comienzos de la primavera. En el Oeste argentino, donde se encuentran las mayores regiones vitivinícolas, las precipitaciones son escasas, con medias anuales que van de 80 a 280 mm. Estas escasas lluvias se concentran más en el verano, lo que se denomina régimen de precipitaciones Monzónico. La ocurrencia de lluvias en la época de madurez puede representar una amenaza para la completa madurez de algunas variedades más sensibles, como pueden ser las blancas en general. En años muy lluviosos se ha visto también que la resistencia a la podredumbre de los racimos en Malbec es mayor a otras variedades tintas como el Syrah y el Cabernet Sauvignon.
En el gráfico 2 puede verse la acumulación de lluvias ocurridas en la época de madurez (enero a abril) durante los últimos 32 años, donde el color de las barras indica si se trata de años lluviosos (verde claro y oscuro), normales (en gris) o con escasas precipitaciones (anaranjado y rojo).
Interacción temperatura y lluvias
Como una forma de graficar en forma comparativa la información referida a las temperaturas y las lluvias de las temporadas estudiadas hemos creado un gráfico de doble entrada (ver gráfico 3). En éste hemos creado 9 categorías que van desde un año frío y húmedo hasta uno cálido y seco. A modo de ejemplo podemos ver que las últimas 3 temporadas (cosechas 2017, 2018 y 2019) fueron normales en términos de temperaturas promedio, siendo las precipitaciones normales en la última cosecha, extremadamente escasas en 2018 y abundantes en 2017.
Nota: en este trabajo estamos mostrando datos promedio de cada temporada sabiendo que los mismos esconden particularidades que pueden representar grandes diferencias entre temporadas, a modo de ejemplo el año 2017 fue bastante seco durante el verano, pero a mediados de abril un frente húmedo generó abundantes precipitaciones afectando sólo las uvas que no se habían cosechado hasta ese momento.