Investigadores de Argentina, Italia y España, liderados por Liliana Martínez, de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), probaron un tratamiento de pulverización de agua sobre la canopia como estrategia de mitigación para aliviar el estrés de la vid y mantener la calidad de las uvas durante las olas de calor. El estudio constituye un aporte a la lucha contra el cambio climático y a las prácticas de ahorro de agua, ya que el tratamiento con microaspersión pulsada al nivel del dosel requirió un volumen de agua significativamente bajo: sólo 0,53 L de cepa/HW/día, en comparación con un mínimo estimado de 10,6 L/vid/día cuando se aplica una estrategia de mitigación basada en el riego. La investigación, de la que reproducimos aquí su introducción, resultados y conclusión, fue publicada recientemente en la revista científica OENO One.
Por Alena Wilson, Marta Dizy, Deolindo Domínguez, María Inés de Rosas, Yesica Baldo, Luciana García, Raquel Gargantini, Leonor Deis y Liliana Martínez
Los cambios climáticos están influyendo en la calidad de las uvas para vinificación en todo el mundo. El impacto de los fenómenos climáticos extremos durante períodos cortos se reconoce cada vez más como un riesgo grave para la calidad de la uva y la cantidad del rendimiento.
En este estudio, se evaluaron los efectos de mitigación de un tratamiento de pulverización de agua pulsada sobre la copa de la vid durante eventos de ola de calor (HW) en relación con la condición de la vid durante la temporada de crecimiento y la calidad de la uva.
En el viñedo experimental de Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), vides de los tres cultivares Malbec (ML), Bonarda (BO) y Syrah (SY) fueron tratadas con un rociador de agua pulsada desde arriba. Las olas de calor se definieron como días con una temperatura mínima de 21 °C y una temperatura máxima de 35 °C. Se identificaron dos olas de calor durante la temporada de crecimiento.
Las muestras se recolectaron a intervalos semanales desde el envero hasta la cosecha. En cinco fechas de muestreo, se consideraron el potencial hídrico de hojas y tallos (LWP, SWP), conductancia estomática (gs), temperatura de las hojas (LT), temperatura de las bayas (BT), contenido de clorofila (CC), fluorescencia (F v /F m ) y rendimiento.
Se registraron índices (IP) en varios momentos del día para evaluar las respuestas fisiológicas de la vid. Las bayas se recolectaron en cada fecha de muestreo y en el momento de la cosecha. Se registraron el peso de las bayas, el contenido de sólidos solubles y el pH.
En las vides tratadas (Trt), LWP, SWP, F v /F m , PI y gs fueron significativamente mayores y LT fue menor que en las vides control (Ctl) durante la segunda ola de calor, que fue más larga e intensa que la primera. uno. Una semana después de la ola de calor más severa, LWP, SWP y gs permanecieron significativamente más altos en Trt que en Ctl, mostrando un estrés fisiológico reducido en Trt.
En la cosecha también se registró el perfil de antocianos, índice de polifenoles totales (TPI), rendimiento de frutos, número de racimos y su peso promedio, peso de bayas, contenido de sólidos solubles y pH. El peso del racimo fue significativamente mayor en Trt para todos los cultivares. No se encontraron diferencias en la concentración de antocianinas totales.
Estos hallazgos indican que las vides sometidas a un tratamiento específico con agua durante las olas de calor sufrieron menos estrés fisiológico y produjeron una mayor producción de uva, sin aumentar el riesgo de posibles enfermedades fúngicas, en el clima de Mendoza. En consecuencia, esta práctica podría servir como una estrategia valiosa para mitigar los efectos adversos de las olas de calor».
Del estudio liderado por la investigadora mendocina Liliana Martínez, «Tratamiento de agua por aspersión como estrategia de mitigación para aliviar el estrés de la vid y salvaguardar la calidad de la uva durante las olas de calor».
Las conclusiones
El aumento observado en el número, la gravedad y la duración de las olas de calor en todo el mundo, junto con la reducción de la accesibilidad al agua, significa que se necesitan estrategias para reducir el estrés de la vid que no dependan de grandes volúmenes de agua.
Es una práctica común aplicar riego suplementario antes de una ola de calor para mejorar el efecto refrescante de la transpiración y promover el enfriamiento por evaporación; estas estrategias de mitigación basadas en el riego requieren un mínimo estimado de 10,6 litros de agua/vid/día.
En el presente estudio, el tratamiento de agua con microaspersión pulsada superior administrado al nivel del dosel requirió un volumen de agua significativamente bajo: sólo 0,53 L de cepa/HW/día, en comparación con un mínimo estimado de 10,6 L/vid/día cuando se aplica una estrategia de mitigación basada en el riego.
Este método se aplicó durante las olas de calor y mostró una disminución clara y prolongada en la temperatura del dosel, lo que a su vez condujo a una reducción en las métricas de estrés fisiológico de la vid asociadas con eventos de calor extremo y sequía. Además, independientemente de los cultivares utilizados en este estudio, este método parecía ser una forma apropiada de aliviar los efectos negativos del estrés de las olas de calor sobre el rendimiento durante las olas de calor que ocurrieron 15 días antes de la cosecha, sin afectar el contenido de antocianinas y polifenoles de la uva, el pH y los SST.
Los impactos del tratamiento parecieron durar más después de las olas de calor de mayor duración y que incluyeron aumentos más repentinos de temperatura, lo que indica que puede ayudar a las vides a adaptarse a los cambios extremos de temperatura, así como a las temperaturas extremas mismas.
La integración de esta tecnología en las prácticas vitivinícolas podría proporcionar a los viticultores de regiones cálidas y secas una herramienta de mitigación para gestionar las olas de calor y adaptarse proactivamente a los desafíos que plantea el cambio climático, sin aumentar el riesgo de desarrollo de enfermedades fúngicas. Esta tecnología también podría utilizarse durante el invierno para combatir las heladas.
Informe completo en inglés: https://oeno-one.eu/article/view/7847
Fuentes: Revista científica OENO One y Observatorio Vitivinícola Argentino. Estudio publicado originalmente el 16/4/2024