Un investigador de la Universidad de Valencia, España, propone trasladar a las vides las técnicas de modificación genética que se utilizan para obtener mejores tomates. Si bien la técnica investigada es una manipulación de genes que altera el genoma de la vid, no se trataría de una operación transgénica -prohibida en Europa- ya que no altera el organismo con la introducción de genes desde afuera.
El investigador Antonio Granell, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en su estudio para el doctorado «Tomatoes and grapes: berry fruits with a biotech future (Tomates y uvas: frutos rojos con futuro biotecnológico)», ha propuesto una novedosa pero polémica técnica para tratar de mejorar la calidad de las uvas mediante manipulación genética.
Granel explicó que “el tomate es un fruto muy similar a la vid en algunos aspectos (los dos son bayas), lo que pasa es que el cultivo está muy lejos el uno del otro. Hay algún proceso que es compartido y por lo tanto el conocimiento en un fruto se puede extrapolar al otro y aplicar lo al otro”.
Su teoría se expuso en una de las conferencias de clausura de la Open International Conference on Grapevine Physiology and Biotechnology 2024 (Open-GPB2024) , organizada por el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino de España.
La Unión Europea (UE) tiene una legislación prohibitiva que regula las prácticas biotecnológicas para obtener organismos transgénicos. Sin embargo, en este caso no se trataría de crear uvas transgénicas, sino sólo de modificar genéticamente vides pero sin introducir genes de otra planta.
Sobre la similitud de las dos plantas, el profesor Granell detalló que “hay partes del metabolismo que son comunes, como la acumulación de compuestos que van asociados a componentes del sabor y algunos otros que van asociados a algunos componentes de la salud, como, por ejemplo, los antocianos comparten rutas comunes”.
Por tanto, según el experto, los estudios asociados al tomate podrían servir de modelo para el cultivo de la vid. “Por ejemplo -puntualizó-, hacemos mejoras asistidas con marcadores para seleccionar los materiales que tienen las mejores características. Hacemos cruces entre esos materiales y seleccionamos aquellos que tienen las mejores características y, para ello, utilizamos marcadores moleculares”.
La biotecnología permite cultivar tomates con mejor sabor, con mejor contenido nutricional o más resistentes a las enfermedades; y estas prácticas se pueden extrapolar a la vid.»
Antonio Granell, investigador español
El investigador informó que también se utilizan técnicas de edición genética, las que “desde hace 12 años están revolucionando no sólo la investigación en plantas sino también en investigación de todos los organismos. Se trata de ir a sitios específicos del genoma de la planta, en este caso, del tomate, introducir variaciones y estas variaciones van asociadas a características deseadas. Y eso lo podemos hacer ahora, antes no podíamos”.
Sin embargo, señaló: “el problema que hay es que la Unión Europea tiene una legislación para ese tipo de modificaciones, que son las mismas que tiene para los organismos modificados genéticamente, lo que llaman transgénicos. Pero esto no es una técnica transgénica -ha remarcado-, se trata de alterar el genoma del organismo sin introducir genes de fuera”.
No obstante, hay en marcha una nueva legislación europea que permitiría a España estar en las mismas condiciones que otros países avanzados.
En definitiva, la biotecnología aplicada a estos cultivos puede ofrecer “tomates que sepan mejor, cuyo contenido nutricional sea mejor y que sean más aptos para el consumo y más disfrutables”.
Y, además, ayudar en la resistencias del cultivo y la lucha contra las enfermedades de la planta, “introduciendo genes de resistencia o mejorando la resistencia de las plantas eliminado genes de su infertilidad”.
Fuente: Universidad de La Rioja (España)