El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) llevó adelante la segunda edición del premio Carlos Horacio Casamiquela, en la que una junta evaluadora reconoció el trabajo de equipos de investigación que se destacaron por su contribución al agro. En este contexto, el equipo de microbiología enológica del la Estación Experimental INTA Mendoza -liderado por las doctoras Mariana Combina y Laura Mercado e integrado por 12 profesionales-, recibió una mención de honor en la categoría “Líneas de investigación e innovación tecnológica”.
El equipo de trabajo de microbiología enológica de la EEA INTA Mendoza recibió una mención de honor en la segunda edición de los premios Carlos Horacio Casamiquela en la categoría “Líneas de investigación e innovación tecnológica”, bajo la temática «Ampliación de la matriz productiva en el Sistema Agropecuario, Agroalimentario y Agrobioindustrial (SAB)», se trata de líneas de trabajo que permiten incrementar la productividad, calidad y dar mayor valor agregado a través de la innovación en las regiones para beneficiar el mercado interno y la política de exportación.
Organizada por el INTA Argentina, esta premiación busca identificar y reconocer los aportes de quienes componen la institución a través de su desempeño, investigaciones, conocimientos, desarrollos tecnológicos, procesos sociotécnicos, políticas públicas y/o innovaciones tecnológicas al desarrollo sostenible del SAB en el plano social, productivo, económico y/o ambiental, además de poner en valor trayectorias destacadas.
La distinción se inspira en la obra del Ingeniero Agrónomo Carlos Casamiquela quien inició su labor profesional en el año 1980 en la Estación Experimental Agropecuaria Alto Valle del INTA Río Negro), donde fue director desde 1984 hasta 1990. Entre 2003-2009 fue vicepresidente del Senasa y desde 2009 hasta 2013 fue presidente del INTA. A partir de ese año asumió como ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cargo que ejerció hasta diciembre de 2015.
Equipo de microbiología enológica INTA Mendoza
Este grupo comenzó a gestarse en el año 1997 y es, al día de hoy, uno de los más numerosos entre los equipos de trabajo de la EEA del INTA Mendoza. Liderado por las doctoras Mariana Combina y Laura Mercado, cuenta actualmente con 12 profesionales de INTA y Conicet, que se desempeñan en investigación aplicada, transferencia de tecnología, resguardo de recursos genéticos, servicios especializados, asesoramiento técnico y formación continua en microbiología de vino.
Sus temas de trabajo son, entre otros, las levaduras contaminantes de vinos, alteraciones de jugo de uva concentrado, fermentaciones problemáticas en vinos, caracterización y selección de levaduras para agregado de valor de variedades patrimoniales de uva, las levaduras biocontroladoras en vid y las que hacen biocontrol de hongos en poscosecha de uva de mesa, o bien, las que reducen la ocratoxina A en pasas de uva. El público beneficiario de estos desarrollos son productores de vid y elaboradores de vinos, jugos de uva concentrado y pasas de uva, nacionales y extranjeros.
Consultadas sobre la clave para coordinar y fortalecer en el tiempo a este grupo multidisciplinario, Combina y Mercado sostienen que “la estrategia consiste en producir conocimiento científico de calidad para el diagnóstico y la generación de soluciones aplicadas. Desde este conocimiento ofrecemos productos, tecnología y servicios al sector productivo, orientados al agregado de valor y a la mejora de la calidad e incorporación de prácticas sustentables con el medio ambiente. La base para poder brindar estos conocimientos al sector es aumentar nuestras capacidades mediante la formación de recursos humanos.”
Hitos significativos del equipo:
1) Transferencia internacional de la levadura autóctona Lalvin Tango, utilizada en la elaboración de vinos Malbec y comercializada en 14 países;
2) Desarrollo de la aplicación Microwine Predictor, que permite prevenir defectos en vinos y jugos de uva mediante modelos predictivos, aportando herramientas prácticas para el control de calidad;
3) Creación de una empresa incubada Biovin S.A., a la que se transfirió el know-how para ofrecer servicios microbiológicos especializados y producir medios de cultivo para la industria vitivinícola;
4) Establecimiento de la Colección de Microorganismos de INTA Mendoza (CoMIM), con más de 2.000 levaduras, que preserva la diversidad genética, e incluye un portfolio de levaduras autóctonas seleccionadas para distintos estilos de vino y biocontrol de hongos patógenos disponibles para la transferencia;
5) Capacitación de más de 350 profesionales en análisis microbiológico a través de su curso teórico-práctico y la continua formación de recursos humanos;
6) Numerosos convenios con bodegas para resolver problemas de producción;
7) Publicación de 66 artículos científicos en revistas internacionales.
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria