La agricultura biodinámica es una práctica agrícola basada en las teorías y enseñanzas de Rudolf Steiner (1861-1925), escritor y filósofo austríaco creador de la antroposofía y la medicina antroposófica. Sus seguidores la consideran una «ciencia del espíritu», fundamentados en el principio de que la naturaleza última de la realidad descansa en el espíritu. En Mendoza, una de las bodegas que aplica esta filosofía en la elaboración de sus vinos es Chakana Wines.
A comienzos del siglo XX, en un contexto de devastación y posguerra tras la Primera Guerra Mundial, muchos productores europeos ya advertían una creciente degeneración en la calidad de los granos y semillas de plantas que ellos cultivaban.
En 1924, en respuesta a la preocupación y una iniciativa de esos agricultores agrupados en Europa Central, el sabio Rudolf Steiner impartió en Austria 8 conferencias sobre agricultura práctica, las cuales lograron extender el punto de vista material-científico imperante en ese momento, permitiendo incluir las ideas de la antroposofía. Esas conferencias, conocidas como «El Curso Agrícola», se tornaron precursoras de la agricultura orgánica en Europa y formaron las bases del método de agricultura biodinámica.
Las bases que Steiner propuso para la agricultura se fundamentan en considerar las explotaciones o granjas como organismos complejos en los que suelos, plantas, animales y también los agricultores se interrelacionan, por lo que deben ser tratados como un sistema en equilibrio, al que hay que proteger de intervenciones externas a pesar de que, tratándose de unidades productivas, parte de su producción está destinada a abandonar el conjunto.
Las prácticas originales de la agricultura biodinámica incluyen, entre otras normas, la observación de los planetas respecto de las constelaciones zodiacales, atribuyendo a las distintas posiciones relativas de los cuerpos celestes influencias determinadas sobre el crecimiento de las plantas y los animales de granja, relaciones que se producen a través de unas supuestas energías cósmicas, el equilibrio o desequilibrio de las cuales puede generar mejores o peores cosechas y plagas o enfermedades en la explotación agrícola.
Respecto de su dimensión espiritual, fundamental en la concepción biodinámica, la presencia de una liturgia establecida y obligada, y el manejo de elementos con poderes supuestamente extraordinarios (o supranaturales), ahondan en la percepción religiosa.
Qué es la antroposofía
Los antecedentes de la antroposofía parten de la teosofía, un conjunto de doctrinas de raíz espiritual que entronca con los movimientos esotéricos del siglo XVIII, y que predica el conocimiento de Dios a través del autodesarrollo espiritual y la intuición directa, en busca de la fraternidad universal. Steiner fue difusor y predicador del teosofismo, del que se apartó en 1913, junto con la mayor parte de los adeptos alemanes, para fundar la antroposofía. A pesar de ese distanciamiento, ambas doctrinas siguen teniendo grandes afinidades, especialmente en su concepción esotérica.
Rudolf Steiner desarrolló la idea de que un campo puede ser visto como un organismo por sí mismo, y puede ser organizado apropiadamente, teniendo cada región sus propios requerimientos. Los suelos, la vida del suelo y el mundo animal y vegetal, todo está íntimamente relacionado. Una rotación diversa, fertilizantes orgánicos balanceados, una producción animal apropiada con provisión de alimentos producidos en el campo y la inclusión de todo el paisaje en el concepto de establecimiento, provee la base al ser humano para intensificar los ciclos naturales e incrementar la actividad biológica del suelo y las plantas.
Agricultura ecológica
En su versión actual, la biodinámica se muestra funcionalmente como una agricultura ecológica «más estricta», haciendo hincapié en evitar al máximo las excepciones de las normativas para la agricultura ecológica, especialmente en el uso de algunas prácticas y aditivos, así como restringiendo el uso de variedades y ejemplares híbridos y manipulados genéticamente.
Sin embargo, hay una característica exclusiva de la biodinámica que la diferencia claramente del resto de prácticas agrícolas, incluida la ecológica y es el uso de las llamadas «preparaciones», entre las que se distinguen 8, las que van numeradas del 500 al 508 del «vademecum» de «preparaciones». En teoría, influyen en la dinámica del crecimiento de la planta.
Preparado 503: manzanilla Preparado 504: ortiga Preparado 505: roble
Preparado 506: diente de león Preparado 507: valeriana Preparado 508: cola de caballo
Los preparados de la viticultura biodinámica ayudan a sintonizar el suelo con todo el organismo-finca e influencias más amplias mientras incrementa la vida del suelo y la materia orgánica estable. Deben elaborarse a partir de los componentes del propio entorno. De esa manera funcionarán como es debido, integrándose y equilibrando el ecosistema.
Otra de las características de la biodinamia son los calendarios de siembra, creados por María Thun, una alemana (1922 – 2012) para quien los ritmos cósmicos influyen en la forma de crecimiento de las plantas, y también afectan a los fenómenos meteorológicos. En su libro Constelaciones y Agricultura Biológico-Dinámica, explica diversas combinaciones angulares de los planetas, la luna y el sol, respecto a la Tierra y de cómo se comportan el clima y los seres vivos bajo su influencia.
El calendario de Maria Thun es una de las líneas de trabajo de los agricultores biodinámicos, dándole continuidad a los planteamientos de Rudolf Steiner y clasifica los días según raíz, hoja, flor y fruto.
Efectos de la biodinámica en los cultivos
Resultaría conveniente disponer de datos objetivos y contrastables sobre el resultado de aplicar el método biodinámico a los distintos cultivos, pero hay pocos estudios con suficientes garantías para poder obtener conclusiones contrastables.
En 2013, la American Society for Horticultural Science publicó en su revista Hort Technology un completo trabajo de revisión de estudios ya publicados, titulado «The science behind biodynamic preparations: a literature review», que puede consultarse en internet.
Ver artículo completo (en inglés): http://www.agricolturabiodinamica.it/wp-content/uploads/2016/05/HortTech-BD-article-2013.pdf
Los autores coinciden en que hay que promover más estudios sobre el tema, y no rehúyen uno de los aspectos más espinosos de los trabajos, en cuanto:
«Hay un auge de las visiones de la realidad basadas en valores y no en evidencias o datos. Y ello se suma a una creciente desconfianza en la ciencia.»
Sobre biodinámica, en la publicación American Society for Horticultural Science
La creciente desconfianza en la ciencia está desembocando en considerarla como una creencia más, comparable a cualquier otro método de interpretación de la realidad, lo que los autores valoran como un fracaso de los investigadores y educadores en no haber sabido trazar líneas claras entre lo que es opinable y lo que es contrastable.
El artículo concluye afirmando que «dada la escasez de literatura científica y la falta de datos que apoyen la eficacia de las preparaciones biodinámicas, la agricultura biodinámica no se distingue en lo mesurable de la agricultura ecológica y no debe recomendarse actualmente como una práctica científica».
En Mendoza, un proyecto de ley emparentado con la biodinámica
Hoy, martes 11/2/20, en Mendoza, el diputado provincial Marcelo Aparicio (PJ) presenta a la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, un proyecto de ley para la «Creación del registro provincial de empresas mendocinas biotecnológicas ambientales y de desarrollo sustentable agricola y agropecuario de insumos».
El texto del proyecto de ley puede leerse en el siguiente link: https://www.hcdmza.gob.ar/eweb/E-76000/E-76837/E-76837.html
La biodinamia en vitivinicultura
Actualmente, la agricultura biodinámica parte de los conceptos fundamentales de la agricultura orgánica y agrega un conjunto de principios que amplían sus alcances.
Uno de los principales conceptos y quizás el más importante es considerar que los elementos del proceso conviven como un todo: el suelo junto a su microflora, los animales, las plantas, los hombres, el entorno natural y el contexto socioeconómico. Por lo tanto, durante el proceso de cultivo, cosecha y bodega, debe contemplarse que todos convivan en armonía y ninguno se vea perjudicado, para no enfermar al todo del que forma parte.
Alan York, estadounidense fallecido en 2014, fue uno de los pioneros de la viticultura biodinámica y sostuvo que si la viña tenía un problema, para buscar la solución había que observar el conjunto. La bodega mendocina Chacana Wines trabajó con él en la identificación de los 4 principios fundamentales que guían este tipo de agricultura: promover la biodiversidad; usar preparados especiales; observar interacciones a 360 grados y desarrollar la unidad productiva como un sistema cerrado.
Los vinos biodinámicos son el resultado de ese proceso, para lo cual se utilizan las siguientes prácticas:
- No se usan herbicidas, pesticidas ni fertilizantes químicos.
- Se utilizan preparados biodinámicos propios hechos en base a abono vacuno, arena y plantas medicinales cultivados en la misma finca.
- No se cultiva ningún tipo de planta transgénica.
- Para la fermentación del vino, se utilizan levaduras indígenas (propias de la misma fruta).
- Se procura no manipular ni acidificar el mosto y reducir al mínimo el uso de azufre en la elaboración.
En definitiva, la agricultura biodinámica busca promover un nuevo método de siembra cuya principal idea es mejorar las propiedades de los alimentos obtenidos, sin descuidar el bienestar de la tierra. Como toda disciplina cuya creencia se expande es muy discutida en el ámbito científico.
Fuentes: ACE enología, viticultura.net y Chacana Wines