Además de gerente de Vivero Mercier en Mendoza, el ingeniero agrónomo Cristóbal Sola es un agudo observador del paisaje de la tierra donde nació. Fruto de esa visión panorámica y profunda, nace su libro de relatos y postales «En las Viñas», aún sin publicar.
La obra consta de 12 textos, uno por cada mes del año, basados en experiencias personales y siempre vinculados con su gran pasión: la vitivinicultura. Algunas de sus partes son «Julio en Payogasta» , «Agosto en Los Campamentos», «Setiembre en La Consulta» y el que a continuación reproducimos: «Octubre en Lavalle».
El «desierto» lavallino como se lo llama para denominar los extensos páramos que se extienden al noreste de la ciudad de Mendoza hasta alcanzar las tan míticas como desconocidas Lagunas de Guanacache, encierra vergeles que alternan con inhóspitos salitrales de zampas y jumes y médanos ardientes de algarrobos y tupé. Los canales de riego, de anchura desmesurada, propios de la topografía de llanura, van delineando las fincas y, a medida que se alejan al norte, van raleándose hasta perderse en vagabundos desagües invadidos por la maleza.
La voluntad y el empeño por poner tierras tan ásperas en producción ha tenido sus frutos, y no cualesquiera. Los viñedos han ocupado esta geografía, extendiéndose desde las mismas casas rodeadas de sombra imprescindible para sobrellevar los veranos abrasadores, hasta los confines donde cunden las cortaderas.
A la usanza antigua, un espaldero de uvas Pedro Ximénez alínea sus hileras de norte a sur, a la distancia justa para dar lugar al paso de un pequeño tractor viñatero. Cuando finaliza octubre, los brotes se están desplegando algo así como una cuarta; se presiente la esperanza en racimos que aún se aprietan en un primordio. En esta época se estila la llamada primera curación, tarea que se encamina a tener bajo control los dañinos hongos que amenazan la salud y la multiplicación de las uvas.
Las palomas empiezan su arrullo anticipando las siestas del verano desde un frondoso eucalipto. No lejos de ahí y siempre al amparo de una sombra en la galería-parral de la casa, nos sentamos en los clásicos silloncitos de hierro con almohadones floreados. La promesa de un vino fresco a esta hora nos anima la esperanza de disfrutar también del almuerzo.
Llegan los anticipos del dueño de casa, Don Juan Patronímico, sobre la cosecha de este año, los rindes, el tiempo, el granizo traicionero y el precio del “tacho”. Los comentarios de un conocedor sobre los detalles de la fermentación y el buen reposo invernal del vino, no pueden superar la impresión del vino al derramarse en la copa mostrando un oro pálido a los ojos y un recatado aroma a flores, con un dejo de moscatel en la boca. Vamos escanciando la botella a la par de la conversación entretenida de mi compadre Moyanito, uno de mis tantos compadres, que supo ser finquero también por estos lares.
Se sirve el almuerzo, tallarines caseros amasados por Doña Elsa, con salsa de hongos. Los aromas del plato y la copa se mezclan en uno solo, hasta fundirse con un sutil y lejano olor a eucaliptos que trae la brisa. A golpes, los aromas del vino y los hongos alternan nuestra atención. Las palomas insisten en su arrullo, declarando el inicio de la siesta lavallina.
Notas, toponimia y glosario de «Octubre en Lavalle»
Octubre : Primavera declarada en todas las regiones vitícolas. Todavía hay riesgo de heladas tardías, los brotes comienzan a desplegarse mostrando ya los primordios de racimos. El clima se vuelve más estable y ya hay días cálidos. Pueden ocurrir los últimos Zondas del año. En variedades sensibles a enfermedades de hongos se comienzan las curaciones. Cuando se aleja el peligro de heladas, se comienzan los laboreos de suelo.
Pedro Ximénez : Variedad blanca de origen incierto. Tiene grandes similitudes con variedades españolas, pero se diferencia inclusive de la que lleva el mismo nombre en España. Es cultivada en Argentina tanto para vinos blancos de mesa como para producir jugo de uva, por su alto potencial de producción de azúcar. En Mendoza, se cultivan unas 11.000 hectáreas, y en San Juan un poco menos de 3.000 hectáreas.
Toponimia
Lagunas de Guanacache: Humedales ubicados entre las provincias de Mendoza y San Juan, alimentadas por los ríos de igual nombre y que “desaguan” en el río Desaguadero. Antiguamente fueron ricas zonas de agricultura y pesca. Hoy están secas, ya que las aguas de ambos ríos se utilizan en el regadío en zonas más altas.
Mendoza: Provincia argentina, limítrofe con Chile, la región vitivinícola más importante de Sudamérica. Nombre de la capital provincial, dado por su fundador Don Pedro del Castillo en 1561, en homenaje al gobernador de Chile, Don Hurtado de Mendoza. En su segunda fundación en 1562 por Juan Jufré, fue llamada Resurrección.
Glosario
Algarrobos y tupé: En los médanos del monte, el algarrobo se instala entre ellos y el tupé forma el tapiz de gramíneas debajo de su copa.
Cortadera: Planta típica de los bañados o zonas inundables, distintiva por sus penachos brillantes que se elevan sobre la llanura.
Espaldero: Estructura de conducción que dispone la vegetación de la vid en un plano vertical, de hasta 1,8 metros de altura y separadas entre sí, formando hileras. También se le llama viña alta.
Fermentación: Proceso de transformación del azúcar de las bayas en alcohol. Es provocado por las levaduras que se encuentran en la piel de las mismas uvas.
Fincas: En Cuyo se llaman así a las propiedades destinadas al cultivo de frutales y vides.
Finquero: El propietario o administrador de fincas.
Granizo: Fenómeno meteorológico por el cual se produce precipitación de agua convertida en hielo. Ocurre normalmente en verano y causa serios daños en la agricultura. Mendoza es una de las zonas del mundo de mayor incidencia de granizo.
Lavallino: Gentilicio; propio del departamento de Lavalle.
Maleza: Hierbas que crecen en los cultivos, alambrados y márgenes de acequias y canales.
Primordio: Yema al comienzo de su desarrollo; también puede llamarse botón.
Reposo: Los buenos vinos requieren de un período de reposo después de embotellado, durante el cual se terminan de hermanar los caracteres del vino. Este reposo es conveniente que se realice con la botella acostada en un sótano o cava con temperaturas bajas y constantes.
Rindes: Hace referencia a la producción de uvas del año. En Mendoza se acostumbra expresarlo en quintales por hectárea, donde cada quintal son 100 kilogramos de uva. En San Juan, se prefiere la expresión directa de kilogramos por hectárea. La hectárea es una superficie de 10.000 m2.
Tacho: Para la cosecha de las uvas ha sido el recipiente más común, casi siempre construido con chapa galvanizada o pintada y una manija en forma de arco para ser alzado al hombro. Es común referirse a la cantidad producida de uvas, como el número de tachos de un cuartel.
Tractor viñatero: Es un modelo de tractor adaptado en su anchura para poder laborear con implementos al interior del viñedo.
Zampas y jumes: Plantas típicas del salitral; suelen ser las únicas que sobreviven en tales condiciones de salinidad.