El gerente comercial de Agrinet -la fábrica mendocina de tela antigranizo y otras redes de protección para agricultura intensiva, líder en el mercado local y nacional- presentó un ambicioso proyecto de expansión, con fuerte inversión productiva, de su planta ubicada en Maipú, Mendoza. Las instalaciones actuales, que ya albergan 42 máquinas tejedoras y 2 modernas urdidoras, pasarán de 5.000 m2 a 6.500 m2 cubiertos en el corto plazo.
Gonzalo Losada, acompañado por Juan Ignacio Losada -gerente industrial de Agrinet- y Agustina Debernardi -gerenta de Gestión de Personas y Relaciones Institucionales- también destacaron la reciente certificación de la empresa como «Great Place to Work» (Excelente Lugar para Trabajar), otorgada por la organización internacional homónima. Al mismo tiempo, comunicaron los avances de su plan «Re-conectar», que les ha permitido transformar 500.000 kilos de malla antigranizo en desuso en polietilieno reciclado para la construcción, y mostraron su nuevo edificio de oficinas levantado con estructuras de ese material recuperado.
Agrinet es una empresa argentina pionera y líder en la fabricación y comercialización de redes de protección para agricultura intensiva con tecnología europea, que apuesta a la innovación continua, el control de calidad, y la sustentabilidad.
En Mendoza, Agrinet cuenta con una nave industrial de 5.000 m2 de superficie cubierta, ubicada en el Km 1024 del Acceso Este (Ruta 7), del departamento de Maipú. En Casablanca, Chile, tienen la planta productiva Euram, con 6.000 m2 cubiertos. Entre ambas fábricas producen anualmente 72 millones de m2 de mallas, de las cuales un 60% se comercializa e instala en Argentina y el restante 40% se exporta a EEUU, México, Uruguay, Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, Marruecos, España, Francia, Ecuador, Canadá, El salvador, Venezuela y Guatemala.
Agrinet ha sido precursora en transformar la malla antigranizo en desuso en material reciclado para la construcción, consiguiendo así la recuperacion de 500.000 kilos de polietileno en sólo 6 meses con su proyecto «Re-conectar». Se trata de una acción en línea con su plan de sostenibilidad y en sintonía con su propósito organizacional: “Reconectar a las personas con una vida sostenible”.
En diálogo con Enolife, los directivos de Agrinet explicaron que para fabricar las mallas antigranizo y otras redes de protección para el agro se utiliza como materia prima el polietileno de alta densidad, un polímero termoplástico formado por múltiples unidades de etileno, que también es conocido por sus siglas en inglés (HDPE, o High Density Polyethylene) y en español (PEAD, o polietileno de alta densidad). El producto final, precisaron, contiene esta materia en un 95% como mínimo. El HDPE se debe importar porque actualmente no hay un fabricante en Argentina.
Acerca de su modalidad y capacidad de producción, Debernardi y los primos Losada detallaron: «Nuestra planta tiene 70 empleados, y aquí se trabaja permanentemente las 24 horas, en turnos rotativos de 8 horas. Se derrite el polietileno que llega en forma de bolitas para hacer los hilos o monofilamentos, luego se pasa a la etapa de urdimbre y finalmente a la tejeduría, para conseguir el producto final. De todo ese proceso, actualmente estamos generando un 5% de scrap, y aspiramos a reducir cada vez más ese descarte».
Con los hilos que se hacen con el material fundido se fabrican todo tipo de productos. El más demandado en Mendoza y en otras provincias, principalmente para los viñedos pero también para fincas de frutales, es la malla antigranizo. Sin embargo, las mallas cumplen muchos otros tipos de funciones aparte de proteger contra el dañino granizo. El tejido se va cerrando o abriendo, según la densidad requerida, para otros fines. Por ejemplo, una malla de tejido más cerrado, además de la cobertura antigranizo ofrece una mayor protección contra el asoleado, porque el sol para algunos cultivos genera problemas de manchas y escaldaduras.
Hay otras mallas que se utilizan para el control de plagas, las mallas antiáfidos, porque al ser tan apretadas constituyen una barrera física para que no pasen los insectos; esta malla reduce la necesidad de usar agroquímicos, pesticidas, y permite hacer cultivos orgánicos, más sustentables. También hay mallas más cerradas todavía, llamadas mallas «cortaviento» porque atenúan la velocidad del viento, un factor que puede estresar a la planta y a la larga reducir su productividad.
En las plantas de Agrinet, según explican los gerentes, también se fabrican mallas para invernaderos. «Muchas veces se hacen los cierres laterales de los invernaderos con uno de los tipos de mallas -cuenta Juan Ignacio-, porque esas redes dejan pasar el aire y permiten que baje la temperatura dentro del invernadero, sin que puedan entrar plagas».
Otro tipo de mallas son las antiheladas, que permiten cubrir los cultivos bajos, como las lechugas. Pero también las mallas antigranizo convencionales pueden tener un efecto antiheladas, «sobre todo cuando hablamos de alturas mayores, como serían las que protegen los frutales, éstas lo que hacen es que durante la noche haya una temperatura un poco superior, porque tenés menos pérdida de aire caliente esas noches, con una diferencia de temperatura de hasta un grado y medio. Y además hacen que haya una humedad relativa mayor abajo, entonces mantienen mejor la humedad y ese aumento atenúa la helada», complementa Gonzalo.
A su turno, Agustina aporta un dato de interés: «También tenemos un producto novedoso que es la malla antimaleza, que no lo fabricamos en Mendoza sino en la planta de Chile, es muy interesante a nivel mundial porque se busca cubrir el suelo y no permite que crezca la maleza pero deja pasar el agua, entonces uno puede hacer un control sin tanto plaguicida ni tanta mano de obra, se usa en algunos tipos de frutales como el kiwi, el arándano, se cubre todo el suelo aledaño… Al no crecer la maleza, la planta tiene menos competencia por los nutrientes».
En respuesta a la pregunta de cómo se calcula la amortización en el tiempo de una malla antigranizo, los tres jóvenes empresarios contestan en forma complementaria: «Hay que pensar primero que una granizada fuerte, que dañe en más del 50% a un viñedo, provoca pérdidas graves no sólo en la cosecha en curso sino en las siguientes dos o tres cosechas. Esa es la ecuación principal, básica. En definitiva, la malla se paga calculando el costo o la pérdida de una granizada fuerte… Y la malla dura 20 años, así que realmente es un producto muy fácil de amortizar.»
El costo de la malla antigranizo para viñas con espaldero oscila entre 4.000 y 5.000 dólares por hectárea, y para parral entre 15.000 y 18.000 dólares por hectárea.
Finalmente, los gerentes abordan un tema crítico: la dificultad del productor en acceder a créditos para adquirir sus mallas: «Hoy el principal problema con el que nos encontramos es el acceso al crédito para el productor. Para nosotros es muy importante la compra del productor chico, el que viene y compra malla para una hectárea, para dos hectáreas… Ese tipo de productor chico, que hace su adquisición con muchísimo esfuerzo, sin crédito, sacando el capital de trabajo del año, es muy importante… Hoy el financiamiento es el principal problema, porque a veces el productor tiene que hipotecar la finca y le da miedo correr el riesgo de quedarse sin lo único que tiene… A veces nos dicen, ‘no, ahora no lo puedo hacer, lo voy a hacer cuando junte la plata’, para no meterse en un crédito… Porque no hay un productor que piense que la malla no sirve o no es amortizable, eso es un debate que está terminado. Esperamos que con las nuevas reglas de juego en el país esta dificultad de acceder a financiamiento vaya desapareciendo, que no agobien tanto a los productores chicos con tantos requisitos como a las grandes empresas».
Gonzalo Losada
Nosotros empezamos en el año 1991 y la lucha antigranizo con aviones en Mendoza empezó en 1998 o 99. Nosotros hemos tenido un crecimiento sostenido con lucha antigranizo con aviones o sin ella… En 1999 teníamos 6 telares y 1 urdidora, y ahora tenemos 2 urdidoras y 42 telares… El crecimiento es tangible»
En abril del 2024 Agrinet recibió la certificación «Great Place to Work» (Un Gran Lugar Para Trabajar), un reconocimiento que destaca su compromiso con la creación de un entorno laboral positivo y la dedicación de la compañía con la excelencia en su cultura organizacional.
La certificación «Great Place to Work» es otorgada por Great Place to Work (www.greatplacetowork.org), la autoridad mundial en cultura laboral que distingue a las empresas que crean un entorno laboral excepcional para sus empleados. Para conseguirlo, Agrinet ha sido evaluada de manera rigurosa y objetiva en base a criterios como la confianza, el respeto, la imparcialidad, la camaradería y el orgullo que los empleados sienten por pertenecer a la empresa.
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