Con la firma de 117 destacadas personalidades de la vitivinicultura mendocina y argentina, emprendedores, profesionales, funcionarios de las 6 comunas del territorio -San Martín, Junín, Santa Rosa y Rivadavia, Lavalle y La Paz- y especialistas internacionales en Rutas del Vino y Patrimonio, se divulgó el 12 de febrero a escala global el «Manifiesto por el Enoturismo en el Este de Mendoza».
Entre sus fundamentos, el documento fundacional propone «preservar el legado de los españoles, italianos, sirio-libaneses y demás inmigrantes que llegaron a este territorio hace 150 años, honrar y perpetuar el legado del pueblo huarpe y consolidar el legado criollo de José de San Martín y su época». Y entre las acciones a desarrollar, «impulsar un Plan Estratégico de Enoturismo y Turismo Rural que contribuya a articular los recursos de todo el territorio, incluyendo establecimientos vitivinícolas, olivícolas, frutícolas, restaurantes, hoteles y demás servicios».
A partir de una conversación hace unos 15 días en un grupo de chat de viticultores de la zona Este de Mendoza, motorizada entre otros por la productora Marcela Moroncelli -de bodega Santos Lugares de Junín- y el historiador, docente y escritor mendocino especialista en temas vitivinícolas, Pablo Lacoste, se acordó una reunión masiva de interesados para diseñar y poner en acción un plan estratégico de enoturismo en la región.
Luego de esa convocatoria que reunió a unos 100 emprendedores; profesionales; periodistas; touroperadores; dueños de restaurantes, posadas y bodegas y -vía internet- a referentes internacionales en enoturismo, se elaboró y divulgó a nivel global un documento fundacional que recogió todas las ideas sobre cómo potenciar y amplificar el enoturismo en la zona. Se trata de un Manifiesto que explicita claramente los fundamentos de la iniciativa y enumera una larga lista de acciones necesarias, que contó con el apoyo y la rúbrica de todos los presentes y adherentes, una verdadera Constitución del Enoturismo para los 6 departamentos del Este de Mendoza que conforman el territorio.
Consenso general y apoyo internacional
Pablo Lacoste, quien impulsa el proyecto desde el primer día y fue junto a Marcela Moroncecelli uno de los encargados de la convocatoria, contó cómo nació la idea: «Surgió a partir de la discusión que se armó en un chat de viticultores de la zona Este, sobre el precio de la uva, sobre la situación complicada que pasa la vitivinicultura, y a partir de ahí se empezó a conversar y se generó una convocatoria para una reunión de productores regionales, empresas de turismo, dueños de restorantes, hoteles, touroperadores, y también se les avisó a los intendentes para que mandasen a los directores de Turismo…»
Y continuó el historiador mendocino: «Hubo cien personas ahí, se discutió el Manifiesto, se aprobó, se hicieron algunas mejoras, por ejemplo alguien dijo, ‘miren, hay que agregar dentro de los árboles que tenemos que plantar y promover al álamo, además del aguaribay, el algarrobo y el retamo. Se fueron ajustando algunos puntos pero hubo coincidencia general, mucho consenso, y finalmente se aprobó el Manifiesto. Hubo también expertos internacionales interesados en apoyar esto, especialistas en rutas del vino de España, Italia, Francia, México, Perú, Chile, porque conocen muy bien cómo se trabaja en este sector y conocen nuestro potencial».
El Manifiesto por el Enoturismo en el Este de Mendoza
«Nos, los viticultores, emprendedores, profesionales y autoridades, comprometidos con el desarrollo económico, social y cultural del Este de Mendoza, autoconvocados en esta asamblea territorial, con el objeto de:
Preservar el legado de los españoles, italianos, sirio-libaneses y demás inmigrantes que llegaron a este territorio hace 150 años para fundar la industria vitivinícola moderna de Mendoza.
Honrar y perpetuar el legado del pueblo huarpe, sobre todo la cultura del agua, la cultura del riego, la cultura del agro y la cosmovisión del cuidado de los paisajes culturales, con sus plantas y gastronomía emblemáticas particularmente algarrobo, aguaribay, retamo y quínoa.
Consolidar el legado criollo de José de San Martín y su época, incluyendo su patrimonio arquitectónico y sus rutas históricas; su capacidad de liderazgo y en situaciones de crisis; su pasión por la cultura del vino y las variedades criollas; la tradición molinera y la gastronomía tradicional, particularmente empanadas, alfajores y comidas tradicionales elaboradas con harina integral artesanal de molinos tradicionales.
Rescatar con orgullo el amor por la cultura argentina que transmitió Juan Manuel de Rosas, particularmente su voluntad de preservar la cultura del mate, la cultura del vino, la arquitectura vernácula y las costumbres gauchas de lazo y boleadora.
Transmitir la pasión por la vitivinicultura de alta calidad que introdujo Domingo Faustino Sarmiento en Mendoza, con el apoyo de Michel Pouget, al incorporar las cepas francesas, incluyendo la Malbec y otras variedades privilegiadas por los inmigrantes campesinos en este territorio desde hace 150 años.
Reivindicar el trabajo paciente de los campesinos, agricultores y pastores que cuidan desde antaño sus ganados, viñedos, olivares, frutales y hortalizas en este territorio para mejorar la calidad alimentaria de la población argentina y sus visitantes. Reconocer la cultura de conservación de alimentos, recibidas de los saberes transmitidos por los originarios y los inmigrantes de origen europeo y árabe, que permitieron elaborar alimentos con técnicas de deshidratación, fermentación, ahumado, destilación, salación, entre otras, para obtener frutas y hortalizas en conserva, dulces y mermeladas, quesos, vinos y destilados.
Perpetuar la tradición de atención al visitante que este territorio ha desarrollado desde el siglo XVII, cuando estableció la red de postas en la ruta de Mendoza a Buenos Aires para recibir a los arrieros y troperos que recorrían el Camino Real para asegurar el servicio regular de transporte bioceánico del Cono Sur de América. Reconocemos aquellas tabernas, posadas y pulperías como antecedentes de los actuales restaurantes, hoteles y bodegones que nuestro territorio ofrece a los viajeros y turistas.
Renovar los antiguos entretenimientos que se ofrecían a los visitantes de antaño, entonces con juegos de cañas y otras actividades, con nuevas propuestas como paseos en globo, talleres para aprender a hacer asados y cebar mate, paseos por los viñedos, reconstrucción y transmisión de mitos y leyendas y demás experiencias de interés turístico que contribuyan a dar a conocer los paisajes culturales de este territorio.
Establecer encadenamientos productivos que permitan articular a los distintos emprendimientos desplegados en el territorio.
Valorizar el protagonismo de la mujer y las nuevas generaciones en el desarrollo territorial en lugares de decisión.
Promover espacios de articulación entre los sectores públicos y privados para orientar los esfuerzos y fortalecer el desarrollo territorial a partir del turismo enológico y rural. Impulsar un espacio específico que agrupe a las pymes del sector turismo en este territorio.
En consecuencia, proponemos valorizar los paisajes culturales de este territorio a través de una intensa interacción público-privada. Para alcanzar estos objetivos, resolvemos lo siguiente:
1 – Reconocemos el Paisaje Cultural del Vino del Este de Mendoza, en el territorio compuesto por los departamentos de Lavalle, San Martín, Junín, Rivadavia, Santa Rosa y La Paz, con todo su patrimonio natural y cultural, incluyendo la arquitectura, las tradiciones vitivinícolas y huerteras, sus pastores y campesinos, su gastronomía, mitos y leyendas.
2 – Se impulsará un Plan Estratégico de Enoturismo y Turismo Rural que contribuya a articular los recursos de todo el territorio, incluyendo establecimientos vitivinícolas, olivícolas, frutícolas, restaurantes, hoteles y demás servicios.
3 – Se exhorta a los miembros de esta comunidad a promover las plantas de valor simbólicoe identitario, como aguaribay, algarrobo, retamo y álamo, de modo tal de fortalecer el patrimonio natural y embellecer el territorio y consolidar una identidad compartida entre los distintos establecimientos del paisaje cultural.
4 – Se invita a los propietarios de inmuebles industriales del período fundacional de la vitivinicultura moderna argentina (1885-1930) a restaurar, preservar, poner en valor y abrir al público estos recintos para ampliar la oferta de turismo receptivo.
5 – Se crea la categoría de sabores ancestrales. Dentro de ella se incluyen alimentos elaborados a partir de materias primas de originarios, como quínoa, harina de algarrobo y maíz.
6 – Se crea la categoría de sabores originales sanmartinianos. Los alfajores, empanadas y pasteles elaborados con harina artesanal de molino de rodezno podrán aspirar a este reconocimiento. También tendrán este status los productos y alimentos que el Libertador impulsó en su tiempo, para nutrir las tropas del Ejército de los Andes, a partir de la deshidratación de productos de origen animal y vegetal para facilitar su preparación durante la campaña, particularmente el ajiaco, preparado con charqui -carne deshidratada, y verduras de guarda: cebolla, ajo, papa, ají, zapallo, tomate deshidratado, harina tostada y maíz molido. Similar privilegio tendrán los vinos naturales de variedades hispanocriollas.
7 – Se crea la categoría de producto “territorialmente intensivo” para reconocer aquellos alimentos y artesanías que tienen carácter especial debido a su elaboración en este territorio, con sus características culturales y naturales. Se incluye en ella a los siguientes: aceitunas; melón y sandía; nueces y almendras; frutas de carozo locales (durazno; damasco y ciruela); pomáceas locales (manzana, pera y membrillo); frutas y hortalizas deshidratadas; dulces, mermeladas y jaleas de esas frutas; aceite de oliva; queso de cabra; chivito asado; vinos naturales de uvas del paradigma hispanocriollo; vinos de Malbec y Bonarda; mistelas.
8 – Se declara de alta prioridad la instalación de un molino hidráulico harinero de rodezno, similar al que estableció el general San Martín en Orfila hace 200 años, para abastecer de harina integral artesanal a los restaurantes y hoteles del territorio, de modo tal de asegurar la disponibilidad de materia prima para obtener empanadas, alfajores y demás platos de la gastronomía original criolla.
9 – Se define al Bonarda como variedad emblemática del territorio. Y se exhorta a todos los restaurantes y hoteles asegurar su presencia en las cartas que se ofrecen al turista. Se invita a los lugares de recepción de turistas a exhibir afiches y cartelería promocional del Bonarda, para dar a conocer sus cualidades y significado.
10 – Se crea la categoría de embajada cultural del territorio para los restaurantes, hoteles y bodegas y viñedos y establecimientos abiertos al turismo. Esta tendrá como misión representar, visibilizar y promover los productos típicos y preparaciones locales, incluyendo los de origen huarpe (partir de quínoa y harina de algarrobo), criollo (empanadas, alfajores, comidas tradicionales), e inmigrantes (españoles, italianos y otros). Lugar preferencial tendrán en sus Cartas los Vinos de Bonarda, quesos, conservas, dulces, mermeladas, aceite de oliva y demás alimentos producidos en la zona.
11 – Se crea la categoría de embajador/a cultural para el personal que atiende con actitud territorial al turista como gastrónomos, sommeliers, bartenders y afines, turoperadores, conductores de transportes de turismo y similares. Se creará una insignia específica para distinguir a quienes ganen este honor.
12 – Se solicitará el apoyo de los Municipios para instalar cartelería vial en rutas nacionales y provinciales que contribuya a visibilizar el patrimonio agroalimentario y cultural del territorio y demás actividades de promoción de la oferta turística del territorio. La cartelería de carreteras indicará el atractivo turístico y la distancia; también se instalará señalética en cada establecimiento turístico. También se les encargará la mejora de la iluminación y la calidad de los caminos rurales.
13 – Se crea la categoría de curador/a patrimonial para los expertos en patrimonio cultural del territorio, tangible o intangible, para que puedan prestar un servicio de curatoría patrimonial a los establecimientos para fortalecer las preparaciones gastronómicas, juntamente con la preservación,decoración, diseño y promoción de su oferta turística en un marco de identidad, belleza y armonía con el territorio.
14 – Se impulsarán actividades de capacitación para que las pymes del territorio puedan profundizar los conocimientos de patrimonio e identidad, de modo tal de fortalecer la construcción común de una oferta turística local.
15 – Se invita a los emprendedores a plotear sus vehículos con los símbolos e iconografía alusiva al paisaje del vino y el patrimonio enogastronómico y cultural del territorio.
16 – Se impulsarán concursos y exposiciones periódicas para visibilizar, galardonar y distinguir las iniciativas positivas de las pymes locales que contribuyan a fortalecer la oferta turística del territorio.
17 – Crear un sistema de visibilización digital de la oferta turística local a través de página web y redes sociales.
18 – Se abrirán espacios de participación a mujeres y jóvenes en instancias de responsabilidad y toma de decisiones.
19 – Política de abrazos: se impulsará el trabajo interdisciplinario, con enfoque de encadenamientos productivos, para articular vínculos entre los que producen bienes y los que los preparan para servir al turista (abrazo productor agropecuario /cocinero), como así también, el lazo con los que tienen la capacidad de representar con intensión estética (abrazo productor agropecuario- artista) para proyectar su imagen a escala nacional e internacional.
20 – Construcción de relato (story telling). Se impulsará la producción, promoción y difusión de las “biografías” de los productos típicos emblemáticos del territorio para fortalecer la identidad y facilitar a los turistas la comprensión de su significado.
21 – Recopilación, sistematización y visibilización de los mitos, leyendas del territorio, incluyendo relatos y tradiciones de pueblos originarios, héroes y bandidos (Martina Chapanay, Santos Guayama), relatos de troperos, arrieros, taberneros y maestros de posta entre otros, juntamente con canciones y poemas (Zamba de mi esperanza).
22 – Declaramos y establecemos que el Paisaje Cultural se fundamenta en un patrimonio cultural compartido, construido a lo largo de varias generaciones, con el aporte de los distintos pueblos, principalmente originarios, criollos e inmigrantes europeos. Se trata de un patrimonio mestizo de mosaico, donde cada uno de los aportes es importante, fundamental e indispensable. La belleza del conjunto emerge del aporte de cada pueblo, que las sucesivas generaciones resolvieron preservar y transmitir a sus sucesores como algo valioso. De este modo se ha construido un patrimonio único, fundamento de la propuesta que tenemos para convocar, con orgullo, a los turistas de todo el mundo.
En la ciudad de Junín, antigua posta de El Retamo, 8 de febrero de 2024.
Para conocer los nombres de los 117 referentes firmantes del Manifiesto, los interesados pueden descargar el documento completo AQUÍ.