El 23 de setiembre es el Día Internacional de las Lenguas de Señas, y la fecha constituye una oportunidad para destacar el rol fundamental de esta técnica para forjar la identidad cultural de las personas sordas y para reflexionar sobre las posibilidades de propiciar actividades de enoturismo realmente inclusivas.
Esta celebración gana relevancia si se piensa en la importancia de visibilizar la Lengua de Señas, “porque es la lengua natural y patrimonio cultural e inmaterial de las personas sordas, y porque es un recurso vivo y necesario no sólo para que el colectivo Sordo comprenda el mundo, es parte de su identidad”, afirma Vanina Reynoso, intérprete de Lengua de Señas. El vino, como producto y vehículo de cultura, se une a esta celebración con un mensaje inclusivo, precisamente porque hay un gesto universal y generoso que se ofrece mirándose a los ojos: es el brindis y el deseo de ¡Salud! cuando se comparte un vino.
Se habla de Lengua y no de lenguaje “porque es un idioma, con características propias de una lengua viva, presenta propiedades y una estructuración gramatical al igual que cualquier lengua fónica, en cambio el lenguaje, es la capacidad que tiene todo ser humano para poder comunicarse a través de un sistema de signos”, explica la intérprete.
Y también es correcto indicar que no hay traducción sino interpretación, “ya que el mensaje de origen, sea español o Lengua de Señas, sufre una transformación sintáctica y es producido nuevamente para ser comprendido en el idioma de llegada. Se interpreta el sentido del mensaje, no es una traducción de palabras por palabras”, reafirma Reynoso. La Lengua de Señas integra, incluye y es un gran aporte a la diversidad lingüística cultural de nuestro país.
Hacia un enoturismo inclusivo
Una propuesta de desarrollo de turismo del vino realmente inclusivo, por ejemplo, debería contemplar esos aspectos y, fundamentalmente, diseñar sus acciones con la inclusión como principal objetivo. ¿Cómo?, “utilizando el término adecuado, la Comunidad Sorda se autopercibe como Persona Sorda, no son sordomudos ni personas no oyentes”, destaca Reynoso. “Otra forma de incluir al colectivo es a través de la empatía, generando espacios accesibles para que puedan tener una participación plena dentro de la sociedad y por último, el respeto hacia la Persona Sorda, a la Lengua de Señas Argentina, y a la Comunidad Sorda lingüísticamente diferente”, enfatiza la intérprete.
En su sitio oficial, la Organización de las Naciones Unidas afirma que “el Día Internacional de las Lenguas de Señas es una oportunidad única para apoyar y proteger la identidad lingüística y la diversidad cultural de todas las personas sordas y otros usuarios de la lengua de signos”. En su Asamblea General, este organismo internacional proclamó (en la Resolución A/72/439), al 23 de setiembre como Día Internacional de las Lenguas de Señas con el fin de concienciar sobre la importancia de éstas para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas y reafirmó que el acceso temprano a la lengua de señas y a los servicios en este lenguaje, incluida una educación de calidad en esa lengua, es vital para el crecimiento y el desarrollo de las personas sordas y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. Resalta también la importancia de preservar las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística y cultural. Asimismo, remarca que cuando se trabaja con comunidades de sordos, debe considerarse y aplicarse el principio de “nada sobre nosotros sin nosotros”.