Del 7 al 11/7/24 se realizó en Logroño, España, el «Open International Conference on Grapevine Physiology and Biotechnology» (Open-GPB2024), un congreso internacional organizado por el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) del Gobierno de La Rioja, sobre investigación en fisiología y biotecnología de la vid. La conferencia inaugural estuvo a cargo del catedrático de la Universidad de las Islas Baleares, Jaume Flexas, que puso de relieve la importancia de estudiar a todas las plantas que viven en lugares con climas extremos, como por ejemplo la Antártida o el desierto del Sahara. Flexas explicó al respecto: «Lo que podamos aprender de esas plantas que viven en donde nadie más vive nos puede ayudar a entender los mecanismos que necesitará la vid u otros cultivos para adaptarse a las exigencias climáticas».
El Open International Conference on Grapevine Physiology and Biotechnology (Open-GPB2024), organizado por el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) de La Rioja, España, congregó en Logroño a 200 investigadores de la fisiología y la biotecnología de la vid provenientes de 20 países.
Las temáticas del congreso fueron: “Desarrollo Vegetativo y Reproductivo”, “Producción de uva y vino y su composición”, “Interacciones abióticas”, “Interacciones bióticas”, “Nuevas herramientas biotecnológicas”, “Avances en Omics Big Data”, “Avances en viticultura de precisión y fenotipado” y “Uvas de mesa, pasas y fisiología postcosecha”. Las sesiones científicas se completaron con visitas técnicas a los viñedos de la DOC Rioja, para conocer prácticas vitivinícolas específicas, y con actividades sociales en las que disfrutar de la historia, gastronomía y cultura del vino de la región.
El Congreso abordó dos cuestiones fundamentales en la vid, por un lado la fisiología de la planta en lo relativo a su desarrollo y producción y a sus interacciones con el medio ambiente físico y biológico. Estas cuestiones son fundamentales en este momento en el que el marco de las nuevas condiciones de cambio climático requiere profundizar en el conocimiento de las respuestas de la vid a las nuevas situaciones de estrés hídrico y de temperatura. Por otra parte, el desarrollo de estrategias y posibles soluciones biotecnológicas para la adaptación del cultivo a estas condiciones.
El Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) es un Centro de investigación en Viticultura y Enología, creado por el Gobierno de La Rioja, España, (a través de la Consejería de Agricultura), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de La Rioja, integrado en el espacio europeo de investigación y pretende llegar a ser un centro de referencia en la I+D de la vid y del vino.
«Se nos viene un chaparrón»
La apertura del Congreso que estuvo a cargo de Jaume Flexas, catedrático de la Universidad de las Islas Baleares, quien desde hace años se dedica a analizar los efectos del cambio climático en las plantas. Flexas puso de manifiesto la importancia de desvelar los secretos de la vegetación de climas extremos para conseguir adaptar la vid y otros cultivos al cambio climático. Comenzó centrándose en la vid, pero ha dado un paso más para hacerlo en las plantas que viven en climas extremos: “Tenemos que conocer sus mecanismos para aguantar el chaparrón que se nos viene”, dijo gráficamente.
Tras investigar la adaptación de la vid al cambio climático, el catedrático lleva una década centrado en la vegetación de desiertos, alta montaña o la Antártida con el objetivo de “avanzar qué puede pasar en un futuro aún más crudo en términos climáticos. Lo que podamos aprender de esas plantas que viven en donde nadie más vive nos puede ayudar a entender los mecanismos que necesitará la vid u otros cultivos” para adaptarse a las exigencias climáticas.
Tenemos que conocer los mecanismos del cambio climático para aguantar el chaparrón que se nos viene”.
Jaume Flexas, catedrático de la Universidad de las Islas Baleares
Además Flexas apuntó que existen plantas “que parecen estar realmente adaptadas a esos climas muy extremos. No es que les guste estar ahí, pero sobreviven”, por lo que el siguiente paso será el de poder estudiarlas en condicione más controladas y simulando un cambio climático “para ver qué mecanismos tienen y aprender de ellas, conocer cómo sería la planta perfecta para aguantar el chaparrón que se nos viene encima”.
Y una de las claves que dejó en su exposición es no centrarse tanto en el incremento del valor de la temperatura que se asocia al cambio climático: “Lo más significativo es la velocidad del cambio y a esa velocidad es a lo que están acostumbradas estas plantas. Es el aspecto fundamental para poder adaptar los cultivos”.
Fuente: Universidad de La Rioja (España)