{"id":116962,"date":"2024-06-04T12:31:34","date_gmt":"2024-06-04T12:31:34","guid":{"rendered":"https:\/\/enolife.com.ar\/es\/?p=116962"},"modified":"2024-06-05T16:50:19","modified_gmt":"2024-06-05T16:50:19","slug":"un-vino-para-cada-cancion-por-marcela-munoz-pan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/enolife.com.ar\/es\/un-vino-para-cada-cancion-por-marcela-munoz-pan\/","title":{"rendered":"Un vino para cada canci\u00f3n. Por Marcela Mu\u00f1oz Pan"},"content":{"rendered":"\n

La escritora mendocina, creadora de un subg\u00e9nero literario enfocado en el vino, destaca en su habitual \u00abColumna l\u00edquida\u00bb -publicada originalmente en el diario Memo- el maridaje que suele producirse entre la poes\u00eda, la m\u00fasica y la magia de la bebida nacional argentina. Canciones para emocionarse con una copa en la mano, solos o con amores cercanos o lejanos.<\/strong><\/em><\/h4>\n\n\n\n
<\/div>\n\n\n
\"\"<\/a><\/div>\n\n\n
<\/div>\n\n\n
\n
\"\"\/<\/figure><\/div>\n\n\n

Marcela Mu\u00f1oz Pan<\/em>
Escritora mendocina,<\/em>
poeta del vino<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

<\/a><\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Mientras escuchamos a Luis Eduardo Aute<\/strong> me tomar\u00eda un vino con car\u00e1cter vol\u00e1til, blanco, muy fresco, como un sauvignon blanc, con ciertos toques de naranja, pomelo, pimiento verde, mel\u00f3n, maracuy\u00e1… Son sabores y aromas que inspiran a esa inmortalidad que imaginamos ser\u00eda blanca, puesto que no llevaremos nada puesto encima, pero s\u00ed las sensaciones. Como dice Aute, \u00abvuelan las alas del agua\u00bb<\/em>, para escuchar estas baladas con la profundidad de sus textos duros, pero con la ternura necesaria como su \u00e1lbum Intemperie<\/em>. <\/p>\n\n\n\n

Vamos con lo salvaje y blanco para este d\u00eda, y despertemos esos latidos que no hablen de blasfemias ni derrotas… Que no sea ordinario este d\u00eda y que las manos triunfantes te sirvan otro blanquito mientras escuch\u00e1s la m\u00fasica de Luis Eduardo Aute:<\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Sin tu latido<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Hay<\/em> algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma.
Y es verdad, porque el m\u00edo
me lleva cada noche al hueco que te nombra.
Y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas,
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.

Ay, amor m\u00edo,
\u00a1qu\u00e9 terriblemente absurdo es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido!

Que el final de esta historia,
en\u00e9sima autobiograf\u00eda de un fracaso,
no te sirva de ejemplo.
Hay quien afirma que el amor es un milagro,
que no hay mal que no cure,
pero tampoco bien que le dure cien a\u00f1os;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.

Aunque todo ya es nada,
no s\u00e9 por qu\u00e9 te escondes y huyes de mi encuentro.
Por saber de tu vida
no creo que vulnere ning\u00fan mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo que me pasa es que a este mundo no lo entiendo.<\/em><\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Albanta<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Yo s\u00e9 que all\u00ed,
all\u00ed donde t\u00fa dices,
vuelan las alas del agua
como palomas de escarcha
y el mar no es azul
sino vuelo de tu imaginaci\u00f3n,
en Albanta.
Que aqu\u00ed, t\u00fa ya lo ves,
es Albanta al rev\u00e9s…
Yo s\u00e9 que all\u00ed,
all\u00ed donde t\u00fa dices,
no existen hombres que mandan
porque no existen fantasmas
y amar es la flor
m\u00e1s perfecta que crece en tu jard\u00edn,
en Albanta.
Que aqu\u00ed, t\u00fa ya lo ves,
Es Albanta al rev\u00e9s…
Yo s\u00e9 que all\u00ed,
all\u00ed donde t\u00fa dices,
vuelan las alas del agua
como palomas de escarcha
y el mar no es azul
sino vuelo de tu imaginaci\u00f3n,
en Albanta…
Que aqu\u00ed, ya t\u00fa lo ves,
es Albanta al rev\u00e9s…
Yo s\u00e9 que all\u00ed,
all\u00ed donde t\u00fa dices,
no existen hombres que mandan
porque no existen fantasmas
y amar es la flor
m\u00e1s perfecta que crece en tu jard\u00edn,
en Albanta.
Que aqu\u00ed, ya t\u00fa lo ves,
es Albanta al rev\u00e9s…<\/em><\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Una famila, un bonarda y la suerte de vivir<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Varias siestas de domingo, despu\u00e9s del almuerzo familiar, mi padre me recitaba de memoria el poema de Alberto Cort\u00e9z \u00abQu\u00e9 suerte que he tenido de nacer\u00bb<\/em>… Se sumaba por ah\u00ed la voz, tambi\u00e9n recitando, de mi hermana mayor, y as\u00ed se iba sumando la t\u00eda y la otra t\u00eda, mientras un Bonarda sanmartiniano en la copa de mi pap\u00e1 tambi\u00e9n festejaba su existencia. \u00c9l, inspirado en su Bonarda preferido, trataba de explicar la vida y la muerte con su notable memoria; yo comenc\u00e9 a comprender desde muy temprano esa dualidad que me dejaba absorta en el patio debajo del parral, y no dudaba en disfrutar que lo ten\u00eda, brindando con agua porque era menor para tomar alcohol… Cre\u00eda que s\u00ed entend\u00eda. <\/p>\n\n\n\n

Cuando ya pude tomar ese Bonarda, estaba sola, recordando su voz recitando, los domingos y la suerte de que haya sido mi padre y me diera la vida.<\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Qu\u00e9 suerte que he tenido de nacer<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para tener la opci\u00f3n de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para entender que el honesto y el perverso
son due\u00f1os por igual del universo
aunque tengan distinto parecer.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para callar cuando habla el que m\u00e1s sabe;
aprender a escuchar, \u00e9sa es la clave
si se tiene intenciones de saber.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
y lo digo sin falsos triunfalismos;
la victoria total, la de uno mismo,
se concreta en el ser y en el no ser.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para tener acceso a la fortuna
de ser r\u00edo en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer
para comer a conciencia la manzana
sin el miedo ancestral a la sotana
ni a la venganza final de Lucifer.

Pero s\u00e9, bien que s\u00e9,
que alg\u00fan d\u00eda tambi\u00e9n me morir\u00e9;
si ahora vivo contento con mi suerte,
sabe Dios qu\u00e9 pensar\u00e9 cuando mi muerte,
cu\u00e1l ser\u00e1 en la agon\u00eda mi balance, no lo s\u00e9,
nunca estuve en ese trance.

Pero s\u00e9, bien que s\u00e9,
que en mi viaje final escuchar\u00e9
el ambiguo te\u00f1ir de las campanas
saludando mi adi\u00f3s, y otra ma\u00f1ana
y otra voz, como yo, con otro acento
cantar\u00e1 a los cuatro vientos.

Qu\u00e9 suerte he tenido de nacer.<\/em><\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Un espumante para olvidar… O recordar<\/strong><\/p>\n\n\n\n

El d\u00eda va terminando, y para embriagarse un poco, nada mejor que un espumante, para olvidarte, olvidar, olvidarnos en ese bullicio de burbujas como himnos en la boca, que han pactado la persistencia… Y esa ligereza de los espumantes dulces m\u00e1s que nada, efervescentes, que parecen llegar para quedarse porque son ideales para las celebraciones, y tambi\u00e9n complejos por la diversidad de zonas y la infinidad de variedades con las que se elaboran. <\/p>\n\n\n\n

Pero bueno, lleg\u00f3 el final del d\u00eda y la nostalgia viene de la mano de las met\u00e1foras milagrosas de las canciones de Jorge Rojas y Los Nocheros. \u00a1Salud!<\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

No saber de t\u00ed<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Nadie me habla de ti, sin embargo, te extra\u00f1o.
No me resigno a olvidarte, aunque pasen los a\u00f1os.
Qu\u00e9 ser\u00e1 de ti, por donde andar\u00e1s,
a qu\u00e9 distancia te encuentras de mi soledad.

C\u00f3mo quisiera saber si es que a\u00fan me recuerdas,
si has preguntado por m\u00ed, si te duele mi ausencia,
qu\u00e9 ha cambiado en ti y en tu coraz\u00f3n,
c\u00f3mo ha seguido tu vida despu\u00e9s de mi amor.

Desde que no est\u00e1s aqu\u00ed ya no puedo encontrar
de nuevo el sentido de la libertad,
sin ti no imagino volver a empezar.
Quiero saber qu\u00e9 fue de ti.

Desde que no est\u00e1s aqu\u00ed, s\u00f3lo me habita el dolor,
se me va la vida sin saber de tu amor.
En otros brazos un d\u00eda dej\u00e9 mi destino
sin encontrar la manera de echarte al olvido,
fue como intentar detener el mar
con un pu\u00f1ado de arena, tapar un volc\u00e1n.

Tan grande fue esta pasi\u00f3n que ocup\u00f3 mis sentidos
que s\u00f3lo escucho tu voz y te siento conmigo,
que mis ojos son s\u00f3lo para ti,
tu sabor y tu perfume quedaron en m\u00ed.

Desde que no est\u00e1s aqu\u00ed ya no puedo encontrar
de nuevo el sentido de la libertad,
sin ti no imagino volver a empezar,
quiero saber que fue de ti.

Desde que no est\u00e1s aqu\u00ed, s\u00f3lo me habita el dolor,
se me va la vida sin saber de ti, amor.<\/em><\/p>\n\n\n\n

<\/div>\n\n\n\n

Entre el cielo y la tierra<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Yo siento que me provocas
aunque no quieras hacerlo.
Est\u00e1 grabado en tu boca
a rojo vivo el deseo
y casi puedo tocarte
como una fruta madura.
Presiento que voy a amarte
m\u00e1s all\u00e1 de la locura

Voy a comerte el coraz\u00f3n a besos,
a recorrer sin l\u00edmites tu cuerpo,
y por el suelo nuestra ropa,
suave, gota a gota.
Voy a emborracharte de pasi\u00f3n,
voy a comerte el coraz\u00f3n a besos,
a recorrer sin l\u00edmites tu cuerpo.
Voy a dejar por tus rincones p\u00e1jaros y flores
como una semilla de pasi\u00f3n.

Ahora te sueltas el pelo
y as\u00ed, descalza, caminas.
Voy a morder el anzuelo
pues quiero lo que imaginas
cuando se cae tu vestido
como una flor por el suelo.
No existe nada prohibido
entre la tierra y el cielo.

Voy a comerte el coraz\u00f3n a besos,
a recorrer sin l\u00edmites tu cuerpo,
y por el suelo nuestra ropa,
suave, gota a gota.
Voy a emborracharte de pasi\u00f3n,
voy a comerte el coraz\u00f3n a besos,
a recorrer sin l\u00edmites tu cuerpo,
voy a dejar por tus rincones p\u00e1jaros y flores
como una semilla de pasi\u00f3n.<\/em><\/p>\n\n\n\n

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